JESÚS DE NAZARET, EL ÚLTIMO FARAÓN DE EGIPTO
Jesús de Nazaret, o en hebreo llamado Yeshua, sin
lugar a duda fue uno de los pocos hombres que cambiaron el transcurso de la
Historia tan solo con su existencia. ¿Pero que sabemos de Jesús?. Lo único que
sabemos es lo acontecido en los Evangelios y con escasa información fuera de
ellos, siendo la conocida arqueología bíblica su principal fuente histórica
lejos de los textos sagrados.
Mucho se ha escrito
sobre la asimilación por parte del cristianismo primitivo la adopción de
diversos ritos de otras religiones así como cultos que posteriormente fueron
cristianizados. Ejemplo de esto fueron los antiguos dioses paganos como los
grecolatinos quienes fueron asimilados por los primeros santos. Un ejemplo muy
fácil de encontrar y asimilar esto en una etapa muy cercana a nuestro tiempo lo
podemos ver en Latinoamérica y la gran importancia que tienen la creencia en
los santos, los cuales adoptaron las ancestrales facultades divinas de los antiguos
dioses americanos.
Otro ejemplo muy fácil
lo podemos ver en nuestra representación de la Virgen María con el niño Jesús,
en su origen esa representación no era otra que la propia diosa Isis con su
hijo Horus. Y no será la única ocasión donde los ancestrales dioses egipcios irán
prácticamente de la mano del cristianismo.
No olvidemos la gran
influencia egipcia que tuvo en el Pueblo de Israel para comprender lo que hoy
son. Si vemos en el Antiguo Testamento no podemos obviar os 400 años de
esclavitud, después las diversas guerras del Reino de Israel que tuvo con
Egipto, a su vez cuando se vio sometido a Mesopotamia y por última gran
influencia con la aparición de Alejandro Magno y su Alejandría egipcia donde
levanto la antigua Biblioteca, principal centro cultural del Mundo Antiguo. Por
todas partes del imperio alejandrino se llevaron hasta Alejandría los
principales libros de conocimientos. Desde escrituras de los cultos a Visnú,
Khrisna, Mitra e incluso algunas obras budistas. Todo este conocimiento iba
recorriendo las principales rutas de comunicación e Israel estaba a medio camino
de Egipto y de la India con el resto de Asia.
A su vez tampoco
debemos olvidar donde se dirigió a Sagrada Familia después de nacer Jesús e
incluso muchos estudiosos en el cristianismo señalan que permanecieron en
aquella tierra entre los cuatro y los siete años de vida de Jesús.
“El Ángel del Señor se apareció
en sueños a José, y le dijo: Levántate, toma contigo al niño y a su madre y
huye a Egipto, y estate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar
al niño para matarle” (Mt 2.13-16)
Y será en Egipto donde el Hijo de Dios conozca a otro "hijo"
como él. En este caso hablamos del dios Horus quien nació de una madre virgen,
la diosa Isis, mediante poderes divinos.
Cuando Horus nació Isis tuvo que huir de Egipto y entregarle al recién
nacido en manos de del dios Tot, dios de la sabiduría, quien lo tutelo para que
el niño dios adquiriese todo el conocimiento posible para el posterior
enfrentamiento con Seth. Horus fue asesinado en su vida adulta y posteriormente
resucitó de entre los muertos. A su vez forma parte de una triada divina.
Osiris (Padre de Horus), Isis y Horus.
Otro elemento destacable es el símbolo de la cruz egipcia, conocida en
Egipto como "cruz de vida" un culto milenario antes de la aparición
del símbolo cristiano. Debo de comentar que el símbolo de la cruz estaba
relacionada con el culto solar y las primeras "cruces" están datadas
desde el paleolítico por este motivo fue que los pueblos americanos ya conocían
el símbolo de la cruz cuando los españoles llegaron a América. La cruz
"romana" no era más que la muerte como humillación mirando al sol y
que este fuera quemando la piel al condenado a muerte además de deshidratarlo.
Muchos señalan mediante algunos textos apócrifos que Jesús durante su
niñez en Egipto tuvo acceso a este conocimiento milenario. Primero como ya he
comentado en Alejandría se encontraba la Biblioteca en donde estaba un ejemplar
de la Torah (Antiguo Testamento), además de diversos eruditos judíos que
ayudaban a la traducción a las diversas lenguas del Imperio Romano, junto con
poder acceder a las grandes obras de la filosofía griega por lo tanto existía
en Egipto una importante comunidad judía, en segundo punto tenemos que
dirigirnos al Evangelio Apócrifo de Santo Tomás donde se relata cómo San José
le buscaba tutores a Jesús pero estos no podían responder a las cuestiones que
les preguntaba Jesús, pues no comprendía como un niño de tan corta edad podía
tener unos conocimientos que ni ellos tenían. En último lugar y de nuevo en los
Evangelios canónicos vemos a la perfección de la "tutela" del
"dios Tot" en Jesús en el momento en el que este tiene 12 años y
asiste al Templo de Jerusalén donde todos los rabinos se quedan asombrado de lo
que aquel joven manifiesta.
Pero a partir de ese momento Jesús no vuelve a aparecer hasta que el
tiene treinta años. ¿Dónde estaba?¿En Egipto? Según diversas leyendas egipcias cada
mil años resurge una sociedad secreta conocidos como "Sabios Azules"
quienes buscan a un recién nacido con el fin de enseñarle el conocimiento
absoluto e incluso el poder de derrotar a la muerte, en otras palabras el poder
de la inmortalidad. Este elegido tiene que nacer bajo un acontecimiento
astrológico que solo aquellos capaz de leer el cielo pueden saber quién es el "elegido".
Unos sabios que siguen a una estrella y le entregan oro simbolizando
poder real, incienso simbolizando el conocimiento divino y la mirra un elemento
que simbolizaba la muerte, pero un muerte que sería derrotada.
¿Eran los Reyes Magos estos extraños Sabios Azules?
A su vez debemos de señalar un dato importante de la vida de Jesús que
coincide a su vez con un ritual egipcio conocido como Heb Sed. El Heb Sed no
era más que un ritual de celebración que solo recibían los faraones al cumplir
los treinta años de reinado como símbolo de renovación divina, fuerza física y sobrenatural del faraón crecía. Un
ritual digno de los herederos de los antiguos dioses egipcios, unos dioses que
cuentan las antiguas leyenda que fueron instruidos por estos Sabios Azules.
Como he señalado antes, Jesús reapareció en la vida pública con treinta
años justamente cuando finalizaba la tutela de los Sabios Azules.
Hace menos de trescientos años nació un hombre la misma noche que un
cometa cruzo los cielos, un hombre que fue destinado en campañas militares a
Egipto cuando rondaba los treinta años, un hombre que escucho como las antiguas
creencias egipcias aun existían en el cristianismo, un hombre quien dicen las
malas lenguas fue invitado por los Sabios Azules a charlar y después pasar toda
una noche en el interior de la gran pirámide de Gizah. Ese hombre era Napoleón
Bonaparte, pero esto es digno de otro post.
Jesús de Nazaret el último gran faraón de la tierra de las pirámides,
de Egipto.
Sigue así, Bernardo! Me has dejado con más intriga que el final de Perdidos
ResponderEliminarBuena!!! Le falto un poco para muy buena. Igual felicitaciones.
ResponderEliminarinteresante?
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