Vampiro Ibérico
El monstruo que veís aquí
es Enriqueta Martí.
Ya en su tierna mocedad
mostraba su crueldad.
Creía la jovenzuela
sin pisar nunca la escuela,
entre jaleos metida
lanzandose a la mala vida.
Se dedicaba con constancia
a pervertir a la infancia.
Para su comercio vil
tenía complices mil.
Para despistar a las gentes
vive en sitios diferentes.
No satisfecha la fiera
hace de curandera.
Con grasas de criaturas,
hace huentos para unturas.
Sacro, crocis y costillas
esconde en las buhardillas.
Con tanto, tanto hueso
se arma un lio muy espeso.
Señores encopetados
se ven en el caso complicados.
En un pozo ¡santo cielo!
se encuentran matas de pelos.
Dentro de ollas y pucheros
se hallan huesos verdaderos.
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