La sonrisa.

La siguiente historia me la contaron hace unos años. Y desde siempre le he dado vueltas en mi cabeza. Es uno de esos relatos que tan solo recordarlo se me ponen los bellos de punta mientras recorre mi cuerpo un escalofrío.

Al ser una historia verídica mantendré en el anonimato a la persona que vivió de primera mano lo siguiente.

El verano había llegado y con ello esos días donde dos primas de Alcalá de Guadaíra se quedaban por la noche en casa de su abuela. Tenían 12 y 14 años respectivamente.

El día trascurría con normalidad y esa tarda ambas primas llegaron a la casa de su abuela para estar con ella. Mientras que un padre de unas de las niñas terminaba de pintarle el patio a su madre le pidió a su hija y a su sobrina que fueran al trastero para que le trajesen un cubo.

Ambas niñas fueron a esa habitación. Vieron el cubo y lo cogieron. Pero una de ellas vio un pequeño cochecito de juguete muy antiguo. Entonces recordó que años anteriores había visto en un par de ocasiones que ese juguete se movía solo. Sin la necesidad de pilas o un mecanismo de cuerda para que se mueva. No le presto más cuenta y se fueron.

Llegó la noche y con esta la cena. Un poco de televisión y tomar el fresco en la puerta mientras se reunían las vecinas a la puerta y a la cama. En la habitación de invitados. Donde cada miembro de la familia tenía alguna que otra pertenencia allí. Como unos juguetes del miembro más pequeño de la familia. Las niñas se fueron a dormir.

Después de la 3 de la madrugada una niña se despertó con unos pequeños ruidos. Y no dio crédito a lo que veía. Un extraño niño de jugando con los juguetes de su primo pequeño. Y desde el otro lado de la habitación el niño con una extraña sonrisa miro a la niña. Esta con un miedo estremecedor recorriéndole el cuerpo se tapo la cabeza con una manta. 

En ese momento su prima mayor le dijo al oído; "Yo también lo he visto".

Se abrazaron hasta que amaneció. No le contaron nada a su abuela. De lo ocurrido esa noche. Durante esa mañana su abuela encontró varias fotografías de cuando ella era pequeña y se la enseño a sus nietas. Les comento que esa era la casa sus padres. Y en una de las fotos una de las niñas reconoció el cochecito de juguete que estaba en el trastero. Lo tenía sostenido un niño. El mismo niño que la noche anterior estaba en la habitación.

Las niñas se miraron y una de ella le preguntó a su abuela quien era. La abuela les dijo que ese niño era su hermano y que murió cuando tenía cuatro años de edad debido a una enfermedad.




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