La misteriosa conexión de Alcalá de Guadaíra con el Palmar de Troya
¿Qué extraña relación tiene uno de los lugares más
icónicos y sagrados de la Semana Santa de Alcalá de Guadaíra con el Palmar de
Troya y las presuntas apariciones de la Virgen que hubo?
Tenemos que viajar en el tiempo hasta la década de
los años 60 del siglo XX. Unos años donde ocurrirán dos fenómenos sociales y
religiosos tanto a principio de la década como al final de esta.
Recordemos que la
religión católica era la oficial del Estado y este creó una serie de propaganda
para mantenerla como un símbolo nacional. Y en cierto modo también
ideológicamente también se aprovechaban de dos enclaves religiosos importantes
cerca de la frontera de España como son Fátima y Lourdes.
Será en 1961 cuando vuelva
a ocurrí lo inexplicable y España recoja el testigo de los países vecinos con
las apariciones marianas. Será en Garabandal, Cantabria, donde a unas niñas
pequeñas se le aparecen el arcángel San Miguel y la Virgen María y esta le da
unos mensajes a las niñas para que lo hagan público.
Miles de personas se dirigían
a diario a este pueblo cántabro y eran testigos de cómo estas niñas andaban de
espaldas, entraban en trance además de otros fenómenos paranormales como que las
niñas empezaban a levitar, multiplicaban sus fuerzas o inclusive se grabó en
una cámara de video la danza del sol.
Incluso la propia Iglesia
Católica mandó a un comisionado para investigar esos fenómenos y en 1962 a
estas niñas les llegó una carta escrita en italiano del mismo Padre Pio de Pietrelcina
donde les contaba que la Virgen les había hablado de ellas y que no tuvieran
miedo de contarle al mundo lo que sabían. Ya por aquellas fechas el pueblo de Garabandal
de unos cien habitantes multiplicaba sus visitantes por diez a los nativos de
allí acercándose a los alrededores falsas videntes y estafadores quienes
creaban "fenómenos paranormales" con el fin de ganar dinero. Si a
esto le tenemos que sumar que uno de los mensajes que le daba la Virgen a estas
niñas era que los sacerdotes de la Iglesia Católicas estaban corrompidos.
Ante esto desde el Vaticano negaron que allí había apariciones marianas, que todo era fruto de estafadores y esos fenómenos no eran de origen divino. Estas niñas desaparecieron de un día para otro de su pueblo y del resto de España.
Ante esto desde el Vaticano negaron que allí había apariciones marianas, que todo era fruto de estafadores y esos fenómenos no eran de origen divino. Estas niñas desaparecieron de un día para otro de su pueblo y del resto de España.
Pero España no se
olvidó de esto por estos años y empezaron a surgir videntes que entraban en
trances o decían que habían visto apariciones milagrosas.
Ahora debemos viajar
unos pocos años hacía delante en el tiempo e irnos hasta el pueblo sevillano de
Alcalá de Guadaíra donde por estos años deambulaba por las calles una vidente
que entraba en trance y decía que el mismo Jesús se le aparecía.
Y cada atardecer esta
mujer con su grupo de seguidores se iban a una lugar icónico de Alcalá y en
parte sagrado debido a que allí, en lo que conocemos como el Monte Calvario coronado por la ermita de San Roque, se dirigían este grupo de personas.
Si le sumamos que la zona está rodeada por un pinar, en aquellos años apenas
existía el Campo de las Beatas o los Pinares de Oromana y era más campo que
suelo urbanizado, que era al atardecer con la noche echada y la magia que rodea
el lugar. Tenemos un gran foco de diversas situaciones donde el subconsciente
empiece a trabajar.
Desde lo más curiosos
que iban hasta los más fieles a esta mujer eran testigos como detrás de la
ermita de San Roque entraba en trance donde se le cambiaba la voz y empezaba a
decir cosas como que era el propio Jesús o la Virgen que hablaban usándola como
medio.
Mucho de los curiosos
entraban en un estado de pánico y jamás regresaron. Al cabo de los meses esta
mujer se puso en contacto con un taxista de Alcalá conocido como Camilín para
que la llevara al Palmar de Troya que por aquel entonces solo era un pequeño
poblado rodeado de campo porque había tenido una visión de la propia Virgen
María que se iba a aparecer en aquel lugar y la había llamado. Junto a ella
iban sus fieles acompañantes pero cuando llegaron este hombre no vio
absolutamente nada, lo más extraño era que esta mujer daba vueltas por el lugar
y habla con un grupo de personas de allí.
Diariamente este hombre
se dirigía este punto para llevarla. Hasta que un buen día saltó la noticia. De
nuevo unas niñas vieron presuntamente a la Virgen y nació la secta que
conocemos hoy en día en aquel lugar que aun mantienen la esencia de la
mentalidad de los años franquista, que rechazan a la Iglesia Católica posterior
al Concilio Vaticano II y que hace poco pusieron una estatua de Franco como si
fuera un "santo cruzado" en la fachada de su iglesia.
Inclusive este hombre,
este taxista, Camilín, adquirió el don de la clarividencia manifestando
públicamente que se le aparecía la Virgen. De la vidente jamás se la volvió a
ver por Alcalá y cientos de alcalareños iban diariamente hasta el Palmar de
Troya llevados por Camilín consiguiendo así una fortuna con los viajes que daba
.
Hasta tal punto que las
autoridades religiosas del pueblo pusieron cartas en el asunto y tanto párroco
de Santiago como el de San Sebastián denunciaron ante la Guardia Civil todo
este asunto. Arrestaron al taxista y tras una noche en el calabozo extrañamente dejó de
ver a la Virgen y que la única virgen que veía en mitad del campo era la Virgen
del Socorro subiendo por el Calvario en Semana Santa.
Mientras investigaba
esto me ha dado por pensar y finalizo con esta opinión personal en forma de pregunta.
¿Y si Alcalá se barajó como posibilidad para albergar lo que posteriormente fue
el Palmar de Troya junto con otros lugares?
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