Chernobyl, treinta años después
Hoy 26 de abril se cumplen treinta años del peor accidente nuclear
que la especie humana, en su corto tiempo de existencia, haya podido ser
testigo. 26 de abril de 1986, a día de hoy Ucrania, por entonces parte de la
Unión Soviética se encontraba la ciudad de Prypiat, que se había convertido en
todo un icono en el bloque soviético durante la Guerra Fría.
Por aquel entonces el mundo estaba dividido en dos; los
buenos y los malos. Estos cambiaban su visión dependiendo del bando donde se
encontraban los principales protagonistas económicos y políticos o aquellos que
movían los hilos dentro del Telón de Acero.
Todavía recuerdo que hace unos
dos años mientras cursaba el último año de la universidad hice un trabajo algo
peculiar que termino por destacar por encima del resto tanto por la calidad
como por el contenido. Digamos que ese trabajo consistía en describir distintos
paisajes alrededor del mundo en diferentes contextos. Y elegí sin dudarlo
explicar la puerta hacia el infierno, la entrada al apocalipsis, Como si de una
narración en primera persona fuese comencé a redactar como un soldado ucraniano
viaja por primera vez a los puestos fronterizos que separan el mundo de
Chernobyl y como antes de ir al puesto cruza ese punto de no retorno, esa
puerta, con forma de huevo y en su interior guarda un mensaje donde los seres
humanos contemporáneos nos disculpamos con las personas del futuro,
concretamente con la que vuelvan a repoblar Prypiat dentro de 24000 años.
Para conocer mejor que ha
ocurrido en estos treinta años en la región donde se encuentra Chernobyl
debemos viajar en el tiempo justamente al día 25 de abril de 1986, justo un día
antes del temible suceso apocalíptico. Tal es así que muchos señalan que este
desastre ya estaba descrito en las antiguas profecías bíblica e incluso que
días anteriores se había visto el avistamiento de una extraña criatura voladora
de color negro alrededor de la central nuclear. Muchos señalaban la gran
similitud de una criatura similitud vista en Estados Unidos en 1966 produciéndose
el trágico accidente del puente de Point Pleasant.
El día 25 de abril de 1986
empezaron a notarse pequeños cambios
dentro de la central nuclear como un
aumento de energía. A lo largo de ese día los diversos trabajadores de la
central reiniciaron los sistemas de producción con el fin de bajar los altos
números energéticos que se estaban produciendo. Pero desde la red eléctrica de
Kiev ordenaron no tocar más los sistemas de la central porque deberían mantener
toda la demanda de electricidad de la capital ucraniana. A las 23:10 de esa misma noche consiguieron
reiniciar los sistemas consiguiendo reducir la potencia.
Pero no será hasta las 00:00 ya
del nuevo día, 26 de abril, cuando se produzca el cambio de personal. Los
ingenieros expertos se retiraron a sus casas dejando paso a los jóvenes
novatos. A las 00.38 el nivel nuclear se redujo a 500 MW, estando prohibido.
Tanto los ejercicios manuales como automáticos por mantener el control no
consiguieron su objetivo debido a que se redujo a 30 MW. A partir de la 01:00
de esa noche ya no había nada que hacer dentro de la central nuclear debido a
que esta se había convertido en un auténtico infierno. Desde la ciudad cercana
de Prypiat vieron como en mitad de la noche el día se había abierto camino,
sentían la sensación de que estaba lloviendo al menos eso sentían las personas
en sus pieles pero el cielo estaba despejado. Lo que ellos no sabían es que esa
lluvia invisible no era agua sino radioactividad. Otros síntomas que sintieron fue
como si la garganta se le secaran.
Mientras la central de Chernobyl
ardía esta soltó una gran nube de gas radioactivo que le dio la vuelta al
planeta al menos tres veces dicen los expertos. Quizás el peor desastre de este
accidente es el propio orgullo de los dirigentes políticos de la antigua URSS.
Algún tiempo antes en Estados Unidos se había producido un accidente nuclear y
si dieran la alarma de lo sucedido en Chernobyl ¿dónde quedaría el orgullo del
bloque soviético? De la gran potencia que ya perdió la carrera espacial al no
ser los primeros en pisar la Luna. Tres días después dieron el aviso de evacuar
un radio de 10 kilómetros alrededor de Chernobyl y hasta el 13 de mayo de 1986
no se termino de evacuar un radio de 30 kilómetros alrededor de la central
nuclear.
El cáncer y otras
enfermedades fueron aparecieron en todos los habitantes de la antigua ciudad de
Prypiat algunos de ellos no consiguieron sobrevivir al año de aquel terrible
accidente. Las futuras generaciones empezarían a nacer con deformidades en sus
cuerpos como los que podéis ver en las fotografías.
Prypiat se convirtió en
una ciudad fantasma, ha día de hoy las escuelas siguen esperando a los alumnos,
los parques se han olvidado de la risa de los niños, la gran noria sigue en pie
siendo a día de hoy el gran símbolo de esta ciudad abandonada. Los bosques
cercanos a Chernobyl se tiñeron de color rojos. Muchos animales empezaron a
mutar como las personas.
Treinta años después la
ciudad de Prypiat ha sido absorbida por los bosques, algunos dicen que si estos
bosques empezaran a arder llevarían la muerte a toda Europa. Pero lo que más
llama la atención es que esa tierra muerta para nosotros se ha convertido en
una especie de "Jardín del Edén Radioactivo". Si los seres humanos desapareciéramos
de la noche a la mañana en la mundo ocurría lo que ocurre allí. Los animales
domésticos han creado su propia cadena alimenticia. Lobos, zorros, bisontes,
caballos, perros, gatos, cerdos, jabalíes entre otros. Se han convertido en los
auténticos señores de esa tierra maldita, donde la muerte está en el mismo aire.
Al fin y al cabo la vida siempre se abre camino. Ya lo aprendimos de la saga de
Jurassic Park y que la mortal moraleja de este asunto es que el planeta Tierra seguirá
con sus ciclos naturales. Las distintas especies se adaptarán al medio mediante
diferentes mutaciones ya sean naturales o artificiales acelerando la evolución.
Comentarios
Publicar un comentario