"Aquí mataron a cinco". Cuarenta años después
Aquí mataron a cinco. Así
aparecieron estas letras escritas con sangre hace 40 años en el cortijo de Los
Galindos en el municipio de Paradas en la campiña sevillana al
sur del Guadalquivir ocurrió uno de los peores crímenes en España que
están todavía sin resolver.
El 22 de julio de 1975
una enorme ola de calor castigaba a la provincia de Sevilla llegando a anotar
en el mercurio unos 49 grados. Ese mismo día quedará marcado para siempre en la
historia del municipio de Paradas como uno de los sucesos más oscuro de la
España Negra y de las últimas grandes incógnitas de la España tardofranquista
ya que Franco morirá cuatro meses después.
Ese día José González
de 27 años quien acababa de recoger a su mujer Asunción Peralta Moreno de 34 años
y estando embarazada de unos seis meses en el Seat 600 del matrimonio. Jamás
llegaron su destino. Aparecieron calcinados en cortijo, conocido como Los Galindos, de los marqueses de
Grañina dentro del cobertizo sobre las tres de la tarde.
Esta familia no fue la
única en encontrar un terrible destino en el cortijo. Se pudo observar con un
rastro de sangre independiente de José y Asunción que conducía hasta un dormitorio
con dos camas donde estaba Juana Martín de 53 años que fue asesinada mediantes diversos
golpes en la cabeza hasta quedar desfigurada. En una cuneta dentro del cortijo también
se encontraba Ramón Parrilla González de unos 40 años, con los brazos
destrozados, sobre el suelo y con el corazón roto al recibir disparos con una
escopeta desde la espalda.
Cuando la Guardia Civil
llegó al cortijo debido a la alarma de algunos vecinos de Paradas al ver una cortina de humo, no podían creer lo que se encontraron allí. Aquella
masacre no la vieron ni en sus peores pesadillas. Tan solo encontraron a una
persona viva, a Manuel Zapata de 59 años con un gran golpe en la cabeza. Desde
el primer momento se le culpo a Zapata de lo ocurrido en Los Galindos. También
se comento que el propio José que tras recoger a su mujer de Arahal fue el
autor del crimen y que fue alcanzo por el fuego junto con su mujer en el
cobertizo.
Dos días después
fueron enterradas las victimas y la Guardia Civil fue de nuevo al Cortijo y
encontraron otros dos cadáveres. El primero estaba entre un montón de paja, ya
en un estado avanzado de descomposición, en el mismo lugar donde uno de los
agentes de la Guardia Civil había orinado días antes y no había ningún cuerpo
allí. Un señal que le indicó a la Guardia Civil de que alguien había estado
merodeando el cortijo y habría movido el cuerpo hasta dejarlo allí. A los pocos
días decían haber encontrado un ahorcado dentro de la finca que señalaban que
era el propio Manuel Zapata pero en realidad era otro vecino que se dedicaba a
cuidar las vacas y las cabras del cortijo.
Los últimos movimientos
que hubo en Los Galindos y que la Guardia Civil encontró fue el mensaje de
"Aquí mataron a cinco" escrito con sangre sobre una pared.
Siete años después de
escribirse más de 1300 folios sobre la investigación nunca se llegó a una
conclusión. Desde aquel fatídico día los vecinos empezaron a decir que habían
vistos personas muy extrañas por la zona y ajena a la localidad. Algunas
personas señalaban que por algunas noches recorrían el pueblo gente
encapuchadas de negro. Quizás por el auge de las sectas que surgieron en España
a mediados de los años 70 y principio de los 80. Otros decían que eran un
ajuste de cuentas y que había drogas por medio, o hubo adulterio e incluso
deudas económicas. Jamás se supo nada más.
El último gran misterio
sobre los Galindos fue cuando ese mismo año se trasladaba el sumario de
Marchena a Sevilla para que siguiera la investigación. Ese sumario nunca entró
en Sevilla. Se perdió. Este dato se desconocía hasta este mes que ha salido a
la luz en este negro aniversario. En 1995 prescribió el caso sin ninguna respuesta.
Nunca se hará justicia
de este trágico crimen y nunca tendrá una respuestas. Los crímenes de los
Galindos uno de los asuntos criminológicos más misterioso de este país.
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